miércoles, 27 de junio de 2012

Cuando mi libro se queda sin palabras se asesina mi mente. Cuándo más tenes para decir menos te escuchan-quizás si me escucharan se les atormentaría el corazón-. Yo quise, yo pude, yo hice: esa es mi historia clínica. Intentar, intento todos los días ver el sol en la madrugada, la luna en el medio día. Así estoy, mirando sin rumbo fijo, meando fuera del tarro más de una vez, esquivando tormentos, y abrazando lo equivocado. Pero feliz, porque intento, porque no miento, porque escucho y porque me arrepiento.