lunes, 24 de septiembre de 2012

Regresa el olvido de su respiro por las escaleras en la estación de sus sueños. Quebraba las hojas del miedo mientras paraba a descansar en sus enredos.
Que olvido notario toma su mano haciendo de boomerang por la ciudad. El vacío se adorme

ce cuando perecen las ganas de andar.
Esquivar las montañas se hacen imposibles hermano, el cielo del desengaño apresura sus pasos, dejando sin rastros los derroches de una farsa cuando sin descuidos, quedan destruidos los corazones tras los gestos desdeñosos, mientras el rayo parpadea. Mientras el rayo parpadea frente a tus ojos y no los puedes comprender. Así, asi es el olvido.

jueves, 20 de septiembre de 2012

Pasaba el niño pasaba mirando el sol riendo de nada,
las calles se le adueñaban de su inmensa locura, locura ordinaria.
Envejecía en su joven corazón los tallos de esa rosa,
rosa roja que se marchito en su adiós.
Miraba el descenso de perdón, la carencia de auxilio porque sus gritos, sus gritos lo durmió,
aquella noche que nunca más volvió.
Y así quedó apenado en su oscura habitación, llorando todas las noches suplicandole a dios
que le recuerde al oido esas palabras de aquella voz que jamás podría volver a oir.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Yo creía que mi fuerza podía mover montañas, que el sol que refleja por la tarde sacudiera mis pestañas. Pero frente a mi tendría más que eso: un universo que despertar, un cielo para ver, una luna a quien soñar, un mundo para mover y unos ojos a quien mirar.
Simplemente disparé al mar para encontrarte allí, reflejado frente a el. y fue ahí donde ya no puedo pisar.
Y el recuerdo se hizo reloj despertador para desprenderse de si cada mañana. Pero el olvido jamás aparecía, se dormía y jamás despertaba.

sábado, 15 de septiembre de 2012

Si el mundo girara de la forma que cada uno quisiera tal vez hoy no estaríamos tan fuera de sitio. Es como que se hace innecesaria esa manera de amar y necesaria esta forma de perder.
Sólo elegimos, tomamos decisiones, pero ¿qué es lo que realmente queremos?. A veces, ni nosotros lo sabemos y es por esto que nos encontramos fuera de sitio, alejados de nuestro eje que nos mantendría en equilibrio.

Otro día que se termina yendo, con una misma rutina que cumplimos casi al pie de la letra mientras que nos olvidamos que mañana no sabemos que va a pasar. Y seguimos así, siendo unos perfectos tarados en esta vida haciendo lo alienable al sistema y no lo alienable a nuestro ser. ¿Qué anhela tu alma en este preciso instante?.