miércoles, 19 de septiembre de 2012

Yo creía que mi fuerza podía mover montañas, que el sol que refleja por la tarde sacudiera mis pestañas. Pero frente a mi tendría más que eso: un universo que despertar, un cielo para ver, una luna a quien soñar, un mundo para mover y unos ojos a quien mirar.
Simplemente disparé al mar para encontrarte allí, reflejado frente a el. y fue ahí donde ya no puedo pisar.
Y el recuerdo se hizo reloj despertador para desprenderse de si cada mañana. Pero el olvido jamás aparecía, se dormía y jamás despertaba.

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