jueves, 16 de mayo de 2013

Cubrir ese espacio, perteneciendo sin pertenecer a esa cumbre de ideas que se me vencieron ayer.
Y me planteo: entre nosotros y los otros, hay un mundo de "otros".
Y mientras nosotros nos cuidamos de los otros, hay un "otro" que se mete y nos pregunta quién sos.
Pertenecer y no pertenecer, una parajoja inexplicablemente explicable pero sin límites.
Siempre caemos en la necesidad de tener a "otro" que nos reconozca por quien somos en verdad.
Pero a la vez necesitamos que nos desconozcan para seguir perteneciendo a lo impertenecible y
seguir jugando de esta rueda a la que llamamos vida.
Pertenecer es no pertenecer a nada ni a nadie en sí, pero a la vez pertenecer a todo.
Y acá estamos, masticando espacios, bebiendo recuerdos, renaciendo en diferentes brazos, penetrando
a en las sombras, abriendo caminos, formando un yo, que a la vez se forma en un ellos.
Aprender a “estar en el mundo pero no pertenecer al mundo"es una dificultad y un desafío constante a mantener
a raya la tensión entre olvidarnos de nosotros en nuestros quehaceres mundanos o imaginarnos que de alguna
manera estamos más allá del mundo en cierta forma de trascendencia que deja a fuera a los otros y al mundo.
La tensión de estar en el mundo pero no pertenecerle solo se resuelve si aprendemos a vivir el momento presente.
En fin, creo que me delire un poco jajaja


No hay comentarios:

Publicar un comentario