Cuando ya no tengo ganas de seguir, cuando el tiempo se agota frente a
mis ojos recuerdo como volar para encontrar mis sentidos. Porque mis
sueños se van cayendo, mis esperanzas disminuyen y este tiempo ordinario
lleno de desesperación y soledad siempre me llevan a vos. Y aparecés
con tus dulces colores, tus dulces melodías, solo para que me trepe como
un acróbata demente y me suba sin agonizar, sin despedirme de los
pedazos de corazón barridos por tu soltura.
A veces es mejor perderse en los minutos, que
los minutos se pierdan en uno mismo. Porque sólo hay una respuesta para
cada pregunta, y hay un millón de dudas para cada respuesta. Es mejor
aprender a volar.
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