Los gestos

Hay gestos imprescindible diariamente, los cuales uno los acepta, los asimila, los invade, los evita, los presiona, lo devuelven, lo irritan o los emocionan. Gestos de amor, gestos de confianza, gestos de cordialidad, gestos de aventura, gestos de discriminación, gestos a beneficio, gestos de maldad, gestos de gratitud, y gestos de olvido.
Los últimos ¡cuámto representan!. Aparecen tanto, y tantas veces, que vivir es ser gestual, con una mirada, con una palabra, con una sonrisa, con un aroma. Pero olvidar, olvidar es la bestialidad más bruta y más desmejorada que creí obtener en estos últimos días. Olvidar es ignorar, es ser indiferente y precario de sentimientos, y ser precario de sentimientos implica ser precario de gestos. Olvidar es el camino más sencillo y más difícil de atravesar. Pero ¿olvidarse del gesto del amor que te brindaron?, rechazarlo, evitarlo, es lo más incoherente que vi en mi re puta vida.
Olvidarme es recordar cada segundo que pasé, que pasamos. Olvidarte de mi, es olvidarte de vos. Olvidarme, es olvidarte.
Ya hice la cruz a aquellas palabras que hoy no tienen sentido. Cuántas veces escuche ese te amo que hoy solo es un triste olvido. Y no hay regreso del olvido. No hay fin en el olvido, no hubo pasado ni presente ni futuro en este olvido. Me olvidaste, pero olvidarme es olvidarte y sacarte de mi corazón para siempre. Pasar cosas por alto, detalles por olvidarme tampoco tiene sentido, demuestran sólo lo cobarde y lo invaliente que fuiste y sos. Desafortunado, así quedarás en mi mente, cobarde.